Juventud con una misión, o JUCUM, es un movimiento misionero juvenil global dedicado a conocer a Dios y darlo a conocer Dios.
Hacemos esto de 3 formas principales: evangelismo, entrenamiento y ministerio de misericordia. Todo lo que hacemos cae en una o más de estas categorías. Enfatizar estas áreas nos permite ser fructíferos en nuestros esfuerzos y dejar un impacto a largo plazo en los lugares que ministramos.
Con más de 18,000 voluntarios de tiempo completo y más de 1,200 ubicaciones operativas, JUCUM ha estado capacitando y movilizando a jóvenes en misiones durante más de 60 años.
Nuestro movimiento es único porque estamos unidos por nuestra visión, creencias, valores y relaciones compartidos entre nosotros, en lugar de un conjunto de reglas o políticas. Debido a esto, continuamos siendo una misión totalmente voluntaria, apostólica y de rápido crecimiento, dirigida por jóvenes “JUCUMeros” de todo el mundo.
Este blog solo tocará la superficie de todo lo que es JUCUM, pero aquí hay algunas cosas clave para entender sobre este movimiento misionero guiado por Dios.
Somos JÓVENES con una misión
En 1956, un joven llamado Loren Cunningham recibió una poderosa visión de Dios durante un viaje misionero a las Bahamas. Vio una visión de olas de jóvenes que se estrellaban contra los continentes del mundo, predicando el evangelio a todos hasta que todas las naciones lo habían escuchado.
Loren tenía solo 20 años cuando Dios le reveló esto, y resonó profundamente con su pasión por la evangelización mundial. ¡Imagina! Jóvenes de todas partes yendo a todas partes, llevando el mensaje de salvación de Cristo para que todos lo escuchen.
Al contrario a la creencia popular, Loren creía que los jóvenes podían ser misioneros y que podían ser misioneros AHORA. Fue una idea revolucionaria porque si querías convertirte en misionero en ese momento, generalmente había una gran lista de requisitos que debías cumplir para poder ser enviado. Desafortunadamente, esto a menudo excluía a los jóvenes de unirse al campo misionero porque los requisitos eran simplemente demasiado.
Y así, en 1960, nació JUCUM y comenzó la desregulación de las misiones juveniles. JUCUM sería diferente de cualquier otra organización misionera anterior porque todo lo que se hace en JUCUM depende completamente de escuchar la voz de Dios. Además de eso, JUCUM sería multigeneracional, pero siempre con la juventud como mayoría.
Guiados por la voz de Dios
A menudo se les pregunta a los fundadores de JUCUM (generalmente por empresarios) cómo una organización tan grande como JUCUM ha continuado por más de 60 años y aún se ha mantenido fiel a su visión y valores originales.
La respuesta es simple: JUCUM está comprometido a escuchar la voz de Dios y buscar su dirección en detalle en todo lo que hacemos. Muchas veces esta respuesta sorprende a aquellos que han visto el éxito de JUCUM y quieren saber el secreto. Pero es verdad, Dios es quien dirige JUCUM, no el hombre. Los JUCUMeros escuchan la voz de Dios, obedecen y nunca se rinden.
Valor de JUCUM #3 dice: “JUCUM está comprometido a co-crear con Dios a través de escucharlo, orar sus oraciones y obedecer sus mandamientos en asuntos grandes y pequeños. Dependemos de escuchar su voz como individuos, juntos en contextos de equipo y en reuniones corporativas más grandes como parte integral de nuestro proceso de toma de decisiones".
Como creyentes, no sólo JUCUMeros, tenemos que tener el máximo respeto por la voz de Dios. Debemos confiar en él cuando habla e incorporar oír su voz en todo lo que hacemos. Para JUCUM, este es un atributo definitorio mientras buscamos traer gloria a Dios a través de ministerios de evangelismo, entrenamiento y misericordia.
Evangelismo
JUCUM está comprometido con el evangelismo mundial porque creemos que todos en la tierra tienen derecho a escuchar el mensaje del evangelio en su propio idioma. Muchas personas se sorprenden cuando descubren que todavía hay tribus y grupos indígenas que no tienen una Biblia en su propio idioma, y mucho menos nunca han escuchado el nombre de Jesús.
Nos referimos a estas personas como “grupos étnicos no alcanzados” y, a menudo, concentramos nuestros esfuerzos en asegurarnos de llegar a ellos. Volaremos a cualquier lugar, navegaremos a cualquier isla y caminaremos cualquier distancia si eso significa que podemos ayudar a asegurar que nadie pierda la oportunidad de hacer de Jesús su Señor y Salvador.
Entrenamiento
Para ser efectivo en nuestro evangelismo, JUCUM dirige una amplia variedad de programas de entrenamiento misional. Ponemos un gran enfoque en capacitar a los estudiantes para que puedan estar mejor equipados para usar su llamado único de compartir el evangelio con cualquier persona con la que entren en contacto.
Al final de cada uno de estos programas, encomendamos a nuestros estudiantes a ese llamado único y los movilizamos para que sean un agente eficaz del Reino de Dios en cualquier esfera de la sociedad a la que él los haya llamado.
Todos en JUCUM pasan por un programa de discipulado intensivo de medio año llamado Escuela de Discipulado y Entrenamiento, o “EDE”. Este programa generalmente consiste en un estudio de fase de conferencia de 3 meses en el lugar en uno de nuestros campus, seguido de una fase de extensión de 2-3 meses en alguna otra región o nación del mundo.
Después de la EDE, los graduados pueden continuar su formación misionera en una de nuestras escuelas secundarias, como la Escuela Bíblica para las Naciones, la Escuela de Arte y Evangelismo y la Escuela de Justicia y Abogacía.
Ministerio de misericordia
A pesar de lo apasionados que somos por la evangelización y el entrenamiento, reconocemos que también debemos abordar las necesidades físicas y emocionales que las personas experimentan todos los días. Sí, debemos predicar el evangelio a todas las naciones; pero también debemos extender compasión a los pobres, los enfermos y los abusados.
Una de las directrices de Dios a JUCUM es lo que llamamos la “Carta Magna Cristiana”. Este documento describe 6 derechos básicos que creemos que todos los seres humanos tenemos. Entre estos 6 derechos está el derecho a tenerlas necesidades básicas de la vida: comida, agua, vestido, refugio y atención médica.
Este compromiso lleva a JUCUM a participar en el establecimiento de ministerios que se acercan a las prostitutas, los refugiados, los hambrientos y los huérfanos (por nombrar algunos). Dos ministerios notables son Casas de Esperanza y Barcos de JUCUM, ya que no solo abordan las necesidades espirituales que la gente tiene, sino también las necesidades físicas.
Conclusión
En resumen, la meta de JUCUM es movilizar a los misioneros de todos los rincones del planeta para que se unan al esfuerzo de completar la Gran Comisión. JUCUM cree que su llamado es predicar el evangelio a todos (Marcos 16:15) y hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:18-20).
Guiado por la voz de Dios, este movimiento misionero juvenil global continuará usando el ministerio de evangelismo, entrenamiento y ministerio de misericordia para difundir el evangelio hasta que todo el mundo lo haya escuchado.
